Se hace difícil poder escribir sin tiempo. Por más que en nuestra cabeza paseen las ideas, se hace imposible plasmarlas en una simple hoja cuando no tenemos ni un minuto libre. Como todos saben nosotros amamos la escritura y somos apasionados por los deportes, pues el tiempo nos roba ambos amores.
Hoy por suerte pudimos sentarnos 5 minutos a demostrarles con letras lo que el deporte nos trasmite en emociones. Hace varios días que no tenemos la oportunidad de comunicarnos con Uds., y temas hay miles para debatir, pero como la mayoría sabe, somos ambos fanáticos del básquet. Y si de básquet hablamos, nos deberíamos remitir a la mejor liga del mundo, a aquella liga llamada “la liga de las estrellas”, la NBA.
La última vez que narramos comentamos como habían quedado conformados los playoffs (cuales habían sido los 16 mejores equipos de la temporada regular), y entre ellos figuraban los Spurs de Manu Ginobili, nuestro querido Manu. Desgraciadamente, para el mejor equipo del oeste en la temporada, San Antonio llega a la primera instancia de playoffs muy golpeado. Duncan sin jugar todo el mes previo (Marzo), Parker perdiéndose Febrero y Manu con esguince en su codo un partido antes de los playoffs. Esto, sin dudas significaba “PROBLEMAS” para el equipo Texano. Y así lo fue. Memphis fue el encargado de derrocar a los Spurs de San Antonio en aquella primera ronda, sin darle oportunidades.
Tal como comentamos, el equipo se notó débil, Manu no pudo desequilibrar en ninguno de los juegos, Duncan se vio superado por Gasol (el menor de los hermanos) y Randolph hizo lo que quiso en la zona pintada. Parker dio batalla, pero solo no pudo contra un joven equipo de Memphis. Así de simple y así de lógico fue el análisis de la despedida de los Spurs, y quizás el fin de una era.
Pero la NBA no terminaba allí, los Mavericks de Dallas seguían en camino de la mano de Dirk (ese alemán que nos deleita hace años), Kidd y Terry, cuestionados aún por aquella final perdida en 2006, cuando estaban 2 – 0 arriba ante el Heat de Miami y terminaron siendo barridos 2 - 4. Dura fue la prensa durante años con este Aleman y con esta plantilla, los tildaron de un equipo de veteranos.
Pero Dallas tenía mucho para demostrar. Primer rival de playoffs fue Portland, rival siempre duro, pero Dallas supo manejarlo a su manera. Con el alemán en su máxima expresión dallas lo derribó con un K.O. directo. Sin chances de respirar, 4-2 y a jugar las semifinales de conferencias.
Aquí el tema cambió, la historia era diferente, se venía el bicampeón de la liga, Los Angeles Lakers, pero el respeto no se notó. Este equipo de Dallas, con Barea en un nivel altísimo que le hizo ver a Fisher todas las temporadas cargadas en su espalda, fue mucho para un Lakers sin sorpresas. Un impactante 4-0 y a finales. El equipo de Dallas supo darse cuenta en ese momento de lo que era capaz su equipo.
Llegaban las finales de conferencias, por un lado, los Heat de Miami, por el otro los Mavericks de Dallas. Ambos hicieron los trabajos correspondientes, Miami 4-1 sobre los Bulls de Chicago (luego de MJ23 nunca habían pisado estas instancias) y los Mavs 4-1 sobre los Thuders que nunca pudieron responder al juego aplastante de Nowitzki.
Finales cantadas quizás. Uno venía en busca de revancha, el otro a demostrar que las estrellas pueden ganar. Por un lado Kidd, Terry, Barea y Dirk; por el otro las superestrellas Bosh, Wade y James (quien supuestamente es el futuro Jordan). Pero la lista no se queda ahí para los de Miami; cuenta ademas con Miller, Biby, Haslem entre otros. Una plantilla de gigantes en la NBA, quizás destinada a ganar.
La serie comenzó en Miami, y el partido, aunque fue duro hasta el final se lo llevó el local con un gran trabajo de Wade y Bosh. Fue 92 -84 y a esperar por la revancha.
Siguiente partido y la localía se repetía, pero la historia supo cambiar porque alguien así lo quiso. Dirk, en un final increíble y con un partido propio, digno de finales pone un doble definitivo para que los Mavs roben un triunfo en su visita. 95-93. La figura, el alemán.
Tercer partido, y la historia se traslada a Dallas por tres partidos seguidos. El primero de ellos fue para Miami, apoyándose casi todo el juego en un inmenso Bosh y en un certero Miller desde la línea de 3. Por el lado de Dallas, Dirk nunca desentonó (en la serie nunca bajo de los 20 pts), al igual que Terry. 86 – 88, y con la serie más que apretada Dallas sabía que debía ganar los dos juegos restantes en casa.
Y así fue, Dallas, con un Nowitzki jugando con 39º de temperatura, pero demostrando su poderío para cerrar partidos importantes, supo irse a Miami con un 3-2 en el bolsillo. Los resultados fueron, 86-83 en el primero (donde Dirk anotó 12 de los últimos 15 de su equipo) y 112 – 103 en el segundo.
Viajamos nuevamente a Miami, donde Dirk volvía a repetir los 38º de fiebre, y donde las burlas caían del equipo local. Era el partido para ganar por parte de Miami, debían apostar sus últimas fichas, y todo hacía parecer que por fin Lebron James aparecería en las finales (8 y 10 pts en los últimos dos encuentros). Pero lo ilógico fue lógico. Terry (28 pts.) abandero a Dallas durante todo el partido, aún cuando Dirk, de preocupante primeros tres cuartos, (4-25 en tiros de cancha) no podía colaborar. Pero finalmento en el último cuarto comenzo el Show, 14 pts del aleman, para cerrar la serie 4-2 a su favor y al fin así, coronar a los Mavs por primera vez en su historia (36 años de vida de esta franquicia) y borrar aquella mancha negra del 2006.
Dirk fue coronado como el MVP (el más valioso de los Playoffs), Kidd al fin a sus 38 años pudo ponerse el anillo de campeón, y ahora, todos podrán hablar de Nowitzki como un futuro jugador del salón de la fama sin dudarlo.
Historias pasadas borradas, mitos eliminados, un equipo de veteranos con sus recompensas, y un justo merecedor del anillo.
Sin dudas, las estrellas no hacen al equipo, demostrado quedó en lo futbolístico con el Real Madrid y ahora lo vemos con Miami. Dallas encontró los roles de cada jugador y cada uno de ellos supo llevarlos adelante. Un anotador y corredor como Marion supo que tenía que defender, Kidd supo entregar el mando a Barea, Dirk al fin fue el líder y el coach supo a quien poner en cancha en cada momento. Campeón una idea y no la billetera nuevamente.
Dallas campeon, con un Nowitzki formidable, y con el todo por encima de la suma de sus partes. Brindamos por ellos, y bienvenidos nuevamente seguidores.
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