El pasado fin de semana tuvimos el honor, el gusto y la oportunidad, de ver un acontecimiento histórico, para el deporte nacional y para el basquetbol particularmente. Pudimos ser testigos de la presencia de Manu Ginobili en el All- Star weekend (segundo en su haber), evento famoso que realiza
El mejor basquetbolista argentino de todos los tiempos tuvo la suerte, (por llamarlo de alguna manera, en realidad es un premio al laburo, al sacrificio, a la capacidad, al momento que esta pasando) de integrar el conjunto del oeste, como escolta suplente, junto con Kobe Bryant, con Dirk Nowizky, y demás glorias de la liga que nos provee el basquetbol mas espectacular de todos.
Era la hora del show y Manu estaba ahí, en el Staples Center de los Ángeles, la casa de los Lakers, formando parte de la fiesta, codeándose con los mejores (con los suyos), charlando con Kevin Durant (hoy uno de los 3 mejores jugadores de
Todo era fiesta, todo glamour, flashes, conferencias, periodistas, luces, y Manu estaba formando parte de todo eso, si, el chico de Bahiense del Norte, aquel flacucho que debuto en Andino de
Pero lo que mas grande hace la presciencia de Manu en este evento, es su edad, que el argentino a sus 33 años de edad haya sido reconocido de esta manera, es fabuloso. “Es una caricia al ego” decía Manu, y vaya si lo es. Para todos aquellos que creían que Manu ya no era el mismo, que su físico ya estaba desgastado, que su tiempo habia pasado, él les contesta, hoy la rompe, es el líder de San Antonio,el equipo con mejor record de
El partido es lo anecdótico, porque no se lo puede catalogar de verdadera competencia, es mas un show de lujos, de exhibiciones, algo mas informal, menos serio, mas relajado que un match por los puntos, pero si es grande que un argentino haya podido estar ahí, formando parte de la fiesta de la liga mas famosa del planeta.
Manu jugo veinte minutos, en los que concreto siete puntos (2 de 4 en dobles, 0 de 3 en triples y 3 de 4 en libres), cinco asistencias, tres robos, dos perdidas y tres foules, claramente se lo noto desconectado, a contramano del show. Manu no es un showman, para el los lujos son una necesidad, no son una acción forzada. Son una solución para el progreso de la jugada, una variante mas en el abanico de opciones a utilizar al momento de ejecutar lo que pide cada jugada, a el le salen naturalmente. Un pique entre las piernas para zafar de una marca, un pase de faja para habilitar a un compañero sin dar un pase anunciado, una volcada para sacar la falta, o una penetración con fintas por donde se imaginen para sortear en el camino cuanto jugador se asome. Igualmente se la rebusco para juntarse con Nowitzky, y tirar un par de pases mágicos y algún que otro lujo.
Otra cosa que se noto fue el bajo ritmo del partido, competitivo al 100%, Manu necesita de esa adrenalina como del oxigeno para vivir, necesita que la bola se prenda fuego para pedirla y hacer lo correcto en un segundo, cuando a otro jugador de la media normal en el mismo momento se le apagaría la tele. Ese ritmo, esa sensación de competitividad, de dar todo para ganar, no existió en este partido, claramente influyo.
Y otra cosa que notablemente influyo, es la condición de jugador FIBA, esencialmente diferente al jugador NBA. El jugador NBA, busca la acción individual, la espectacularidad, todo lo contrario al jugador FIBA que busca la mejor selección de tiros, la simpleza, la depurada acción de rotar la bola para encontrar el mejor lugar, etc. (Razón por la cual con el que mejor se entendió fue con Dirk Nowitzky, otro de los jugadores FIBA de la liga y que integro el show, ambos a nuestra medida los mejores jugadores FIBA de los últimos tiempos).
Debemos destacar las palabras halagadoras de su técnico Gregg Popovich (Tecnico el fin de semana del equipo del oeste) para con Manu en la previa, y también de grandes glorias de años pasados:
“Si bien no me sorprendió nada de lo que consiguió en
“Amo a Manu en todo sentido. Es uno de los más grandes jugadores, de la historia te diría. Hoy, para mí, es uno de los cuatro jugadores que decidirán quién se llevará el título: los otros son Kobe, LeBron y Garnett. Así lo considero. Manu tiene, cada noche, el potencial de ser el mejor jugador del partido. ¿Por qué? Posee habilidades, espíritu, pasión, compromiso, liderazgo, creatividad y explosividad. Todas esas cosas que tienen los grandísimos jugadores definen a Ginóbili” palabras de Bill Walton, aquel pivote histórico de los 70/80, nada mas para decir.-
En fin, la fiesta se realizo, los Norteamericanos aplaudieron a sus ídolos, las cámaras se iluminaron en cada dribling y Manu estuvo ahí, formando parte, siendo historia.
Nos alegramos por él, por el que quizás quien se convierta con el correr de los días en el mejor deportista Argentino de todos los tiempos (sin querer serlo), por el humilde, por el mismo tipo de siempre, por quien deja callados a millones.
Manu estuviste ahí, aunque sos de otro planeta.-
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